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postheadericon Historia de la porcelana

   Como muchas invenciones de gran sabiduría, la porcelana es el más bello y delicado de los materiales creados por el hombre.

     Los primeros vestigios que conocemos, se remontan a la China de hace 4000 años, sus orígenes se sitúan en los yacimientos de kaoling (yacimientos que han dado nombre a la materia prima de la porcelana) y su mayor esplendor se alcanzó durante los S.XIII de nuestra Era.

 Desde su descubrimiento, hubieron muchos intentos por averiguar la fórmula y se trató de imitarla con una falsa porcelana.

     Su nombre "porcelana" es sinónimo de "cau-co", una concha marina blanca y muy buscada. En algunos lugares de Oriente se utilizó como moneda de cambio. Cuando Marco Polo regresó China escribió las memorias de su viaje, comentó sobre la belleza de la cerámica y de cómo extraían las"porcelanas" del mar. Como hasta ese momento, su fórmula era un misterio, pensaron que tal vez ésa cerámica estaba hecha con la concha nacarada del molusco. En el tiempo de los Medicis, en el Renacimiento, se consiguió una pasta llamada "frita", un compuesto elaborado con caolín y silicatos de cuarzo vidrioso con un acabado que consistía en una cobertura de esmalte con mezcla de estaño, lo que hoy se conoce como "cerámica blanda", compacta, ligera y translúcida.

 En Inglaterra se llegó a lograr una gran calidad. Pero entre 1708 y 1709 aparece la verdadera porcelana, mas conocida aún como "porcelana dura".

     El alquimista Alemán Friedrich Böttger, bajo el gobierno de Augusto II, consiguió una fórmula cuyo resultado se aproximó bastante a la cerámica China. Primero extrajo de las minas de Kolditz una tierra fina y grisácea, conocida como caolín o alabastro o feldespato y segundo logró descubrir, que el verdadero secreto no residía solamente en el tipo de tierra, sino que lo más importante estaba en la cocción, logrando su objetivo, cocinando las piezas a una temperatura entre 1300 y 1400 grados durante 12 horas.

     La belleza de aquella materia mágica y la delicadeza de ser pintada a mano, despertaron la admiración y la codicia de las cortes del mundo.
 Incansables caravanas transportaban la frágil mercancía hasta los países Islámicos, incluso a Europa. Las familias de la alta sociedad, adoptaron por costumbre tomar el té en finas piezas de porcelana, transformando así a la vajilla en una cuestión de prestigio.

     La porcelana, en nuestros días llega de distintas maneras, en cuanto a formas y tamaños, con diseños de todo tipo, en su color original o decoradas industrialmente. Y por supuesto, cuando están pintadas a mano, se aprecia mucho mas su valor, realzando así la obra de la pieza terminada

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